Ayer por la noche. Fue fascinante.
No sé en qué libro leí que su autor trabajó -puede ser que de joven o incluso de niño, no lo recuerdo bien- junto con su padre o su abuelo en un horno francés, tradicional, y que guarda en la memoria de aquellos días el sonido que hacía el pan al salir del horno; un ligero pero incensante crujido, un suave "crac-crac" era señal inequívoca de un buen pan.
Ayer por la noche saqué mis panes del horno y les oí cantar.
Maravilloso.
¡Que rico pan y que bien huele!!
ResponderEliminarVale, prometido que te haré uno.
Eliminar¡Mira que no tener horno!
Un abrazo.