Son muchos intentos. Tiempo dedicado. Horas, amasados, harinas, pruebas, disgustos, euforia y mini-depresiones, entrega y dedicación al tema. ¡Me encanta hacer pan! Acabo de llegar al universo de la masa madre, lo sé. Da para dos vidas -por lo menos- y eso que sólo he mirado un par de libros y unos mil blogs... je, je, je. Creo que estos días he dado un paso, un paso importante. El aprendizaje empieza a ser satisfactorio, tengo un cierto "control" sobre el proceso y los resultados son, para mí y en estos momentos, más que aceptables.
Son muchas las variables, las cosas a tener en cuenta: los tiempos, los ingredientes, la temperatura, el amasado, el refresco, el horno y su personalidad propia... pero ¡eh! no lo digo para que te desanimes y te eches atrás. Es APASIONANTE, vale la pena, es todo un reto.
¡Vamos, a por la MADRE!